jueves, 26 de junio de 2008

Balcón gaditano


A veces la vida te dá un regalo para tus ojos y para tu olfato, este es el caso de una mañana paseando por mi Cádiz, tierra de mi abuelo Juan y sentida en mi sangre como propia, en la que quise volar hacia ese balcón y quedarme un ratito entre sus flores.